¿Por qué debes probarlo?
Porque es un vino que te enseñará que los aromas del vino blanco no se acaban en la fruta y las flores.
Abre las puertas de tu mente catadora porque aquí vas a encontrar cosas nuevas. Para empezar, la variedad de uva con la que se ha elaborado este vino: treixadura, la reina del vino de Ribeiro. Cuando se la trata medio bien, produce vinos elegantes y aromáticos, cuando se la trata con el cariño que emplea Luis Anxo Rodríguez Vázquez, aparecen obras maestras como A Teixa.
Recibe en la nariz la agradable sopresa de un blanco que te recordará a mantequilla (este aroma promete algo que os contaremos más tarde), a cereal y algún tostado. Buena carta de presentación para dejar paso a la fruta blanca más tarde.
Prueba ahora el primer sorbo. Lo primero que pensatás no va a ser muy elaborado ni técnico. Pensarás que está muy rico y que transmite una sensación un poco más opulenta que los blancos que sueles beber. Exacto. Está muy rico porque la fruta y delicadeza de la treixadura está presente, pero la mantequilla de nariz lo que nos prometía era untuosidad, una sensación grasa en la boca que parece decirnos "estás bebiendo un blanco serio, disfrútalo con calma".
Marídalo con: rape al horno, pechuga Villaroy / tu cuñado que dice "yo soy de tintos, los blancos se me quedan cortos".