¿Por qué debes probarlo?
Porque es la demostración fehaciente de que la elegancia puede embotellarse. Desde la imagen al retrogusto, pasando por el color, el potencial aromático o el sabor. Todo en él es delicado, sugerente, casi sensual.
Regala toda la fruta y festividad que se le pide a un cava, pero serenado por las notas de crianza y una burbuja fina, sedosa, amable, susurrante. Abrir esta botella es el preludio de un gran momento, siempre.
Marídalo con: risotto fruti di mare / el reencuentro con aquella persona con quién quedó algo pendiente. Es una declaración de intenciones.